
Por Amyamiki
"El cielo estaba estrellado, y la luna relucía, brillante y hermosa. La música fluía por el aire, especialmente los sonidos de los alegres violines de la orquesta. Los jardines estaban engalanados con flores y velas blancas, y una deliciosa comida estaba repartida por las mesas, llamando la atención de los invitados. Lady Blair rellenó nuevamente su vaso de cristal.
-Champange, amigos míos-comentó la dama con orgullo-Traído desde la mismísima Francia. Por obra y milagro de la Condesa de Gravois.
-¿La francesa emigrada? He oído hablar de ella. Dicen que vino a Inglaterra poco antes de la Revolución de Francia con gran parte de su fortuna. Sus amigos sufriendo por salir de ese endiablado país y ella dándose la buena vida aquí- exclamó Lady Jennings, bajando la voz para que solo algunos oyeran sus comentarios. Lady Blair se indignó.
-¿No pretenderás que la condesa tenga que dejar de vivir porque ha tenido la suerte de escapar de esa cacería? Joven y poderosa, hermosa y casada con un hombre notable.¿Y debe pues encerrarse a llorar en su casa porque en Francia el populacho encolerizado pasa por la cuchilla a sus conocidos?
..."
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